Las intensas lluvias que azotan desde hace dos semanas la región norte de República Dominicana han dejado más de 130 comunidades incomunicadas, miles de damnificados y graves destrozos en viviendas e infraestructuras. El gobierno declaró el estado de emergencia en la zona, mientras persisten los aguaceros y aumenta la preocupación de la población afectada.
De acuerdo con los reportes oficiales, más de 4.000 viviendas han resultado dañadas o destruidas, al igual que carreteras y puentes que colapsaron por la fuerza de las crecidas. En Puerto Plata, una de las provincias más golpeadas, calles convertidas en ríos, casas anegadas y zonas turísticas devastadas forman parte del paisaje. Residentes aseguran haber perdido todo y reclaman asistencia urgente de las autoridades.
La situación se agrava por la amenaza de nuevos derrumbes y la saturación de los suelos. “El río está acabando con nosotros”, expresó un comunitario, mientras otros insisten en que no tienen a dónde trasladarse. Los pronósticos señalan que las lluvias continuarán durante toda la semana, lo que eleva el nivel de riesgo y mantiene en vilo a cientos de familias que resisten en condiciones precarias.