Un trágico caso ocurrido en Texas expone los riesgos de la obsesión por registrar cada momento en redes sociales. Kevin Diepenbrock, un joven motociclista estadounidense, sufrió un aparatoso accidente en una carretera poco transitada a mediados de octubre. Tras quedar inconsciente y recuperar la conciencia, en lugar de pedir ayuda con la poca batería de su teléfono móvil, decidió grabar un emotivo mensaje dirigido a sus seres queridos, conmovido por la posibilidad de no sobrevivir.
El video, cargado de palabras sentidas, se volvió viral en internet y mostró a Diepenbrock conmovido por la cercanía de la muerte. En su grabación explicó que la batería de su teléfono estaba por agotarse y expresó su esperanza de que, al amanecer, alguna patrulla pudiera encontrarlo. Sin embargo, la ayuda llegó demasiado tarde: fue localizado junto a otros accidentados 27 horas después y trasladado al hospital, donde falleció horas más tarde.
El caso ha generado un debate sobre el impacto del inmediatismo digital y la búsqueda de visibilidad en redes sociales. Críticos sostienen que, de haber utilizado su batería para llamar a emergencias en lugar de grabar el mensaje, su vida pudo haberse salvado. El trágico desenlace se ha convertido en un ejemplo extremo de cómo la exposición mediática puede llegar a prevalecer incluso en situaciones críticas de supervivencia.