Una confesión estremeció a las autoridades de Nuevo México: Michelle Martens admitió haber permitido que su hija Victoria, de 10 años, fuera víctima de abusos previos y posteriormente asesinada.

De acuerdo con la investigación, Martens declaró que no solo consintió los hechos, sino que presenció sin intervenir el crimen perpetrado por su pareja, Fabián González, y la prima de este, Jessica Kelly. La niña perdió la vida en circunstancias calificadas como uno de los episodios más atroces en la historia reciente del estado.

El caso, que generó indignación nacional, llevó a Martens a enfrentar cargos por secuestro, asesinato agravado y complicidad en abuso sexual infantil. El proceso judicial fue fijado para 2017, mientras las autoridades continúan profundizando en la investigación. El hermano menor de Victoria permanece bajo resguardo, aunque su situación legal no ha sido revelada públicamente.