El presidente Danilo Medina respondió con firmeza a las declaraciones del embajador de Estados Unidos, Wally Brewster, quien calificó a República Dominicana como un puente del narcotráfico. Medina señaló que, si bien la isla puede ser un punto de tránsito, es en Estados Unidos donde la droga encuentra una “avenida de diez carriles” para entrar y distribuirse libremente en ciudades como Nueva York, Los Ángeles y San Francisco. “Los dos dicen la verdad: somos puente, pero ellos son la gran avenida”, opinó Huchi Lora en su programa El Día, destacando que la respuesta presidencial fue directa y calculada.

El mandatario, poco dado a hablar con la prensa de forma improvisada, decidió abordar el tema frente a los periodistas, lo que evidenció que sus declaraciones estaban bien preparadas. Según analistas, Medina colocó el espejo frente a Washington, recordándole que, a pesar de contar con recursos tecnológicos y económicos superiores, no han podido frenar el consumo interno ni el tráfico en su propio territorio. En palabras del presidente, resulta contradictorio que Estados Unidos juzgue con severidad a otras naciones en materia de drogas y derechos humanos, cuando internamente enfrenta serias falencias en ambos ámbitos.

La controversia, sin embargo, también puso sobre la mesa la necesidad de mayor transparencia en la lucha contra el narcotráfico dentro del país. El embajador había señalado la existencia de corrupción local vinculada al problema, y Medina replicó pidiendo pruebas concretas. Para la opinión pública, tanto en República Dominicana como en Estados Unidos, el tema refleja una misma realidad: el narcotráfico no puede operar sin la complicidad de autoridades, y cualquier solución debe pasar por acciones conjuntas y no por acusaciones unilaterales.