La visita del expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica a la República Dominicana dejó un fuerte eco político tras sus declaraciones en el Senado, donde no dudó en señalar las debilidades de la democracia y los privilegios de la clase dirigente. El líder latinoamericano, reconocido por su austeridad y discurso crítico, sorprendió al entonar fragmentos de canciones y lanzar mensajes directos a legisladores y funcionarios presentes.

Mujica denunció la penalización del aborto y del consumo de drogas sin políticas efectivas, y acusó a sectores del poder de estar vinculados al narcotráfico. Sus palabras, cargadas de dureza, fueron recibidas en medio de un ambiente en el que jóvenes abarrotaron los auditorios para escucharlo, generando desorden y hasta daños materiales en instalaciones universitarias debido a la magnitud de la convocatoria.

Durante sus intervenciones, el exmandatario defendió la democracia a pesar de sus imperfecciones, y advirtió que la política no debe ser vista como una profesión lucrativa, sino como una pasión por servir a la gente. “Al que le guste mucho la plata, que busque otros caminos”, sentenció, provocando reflexiones y comentarios en un país donde, según analistas, sus palabras tocaron fibras sensibles de la clase política.