Un segundo teniente de la Policía Nacional grabó un video en el que anunció su renuncia a la institución, denunciando abusos, acoso laboral y condiciones precarias. El agente, con 21 años de servicio, aseguró que no quiere exponerse a caer en un “gancho” que lo vincule con delitos, y reclamó el pago de su pensión para poder sostener a su familia. La grabación se ha hecho viral en redes sociales, generando un intenso debate sobre la situación interna del cuerpo policial.
El uniformado explicó que, pese a décadas de servicio, no posee casa propia, paga alquiler, y debe mantener a tres hijos con un salario insuficiente. “Estoy a punto de volverme loco, no aguanto más”, expresó, señalando que prefería entregar su carnet y su arma antes que verse envuelto en casos de corrupción. Su testimonio refleja no solo la precariedad salarial, sino también los riesgos de hostigamiento dentro de la institución.
El periódico El Día identificó al jefe del denunciante como el coronel Saturnino de León de la Cruz, inspector en Jaina, quien arrastra un historial de acusaciones por abuso de poder y violencia. Entre ellas, un caso de violencia de género en 2013 y la agresión a un menor en 2014. Pese a que el Consejo Superior Policial recomendó en varias ocasiones su retiro forzoso, este nunca se concretó. La revelación plantea un cuestionamiento clave: ¿quién protege al coronel Saturnino de León dentro de la estructura policial?