En una investigación especial, la periodista Nuria Piera analizó el impacto de la migración venezolana en República Dominicana, marcada por historias de lucha, desigualdad y vulnerabilidad. La crisis política y económica en Venezuela ha forzado a miles de ciudadanos a emigrar en busca de alimentos, medicinas y oportunidades, encontrando en suelo dominicano un destino accesible por costos y cercanía.

El informe muestra que entre 2014 y 2016 el ingreso de venezolanos al país casi se duplicó, pasando de 37,972 visitantes en 2014 a más de 55,498 en 2015, con un incremento del 40 % en residentes legales. Si bien algunos han invertido en comercios, hoteles, restaurantes e industrias, la mayoría vive de la economía informal, trabajando en las calles para enviar comida e insumos a sus familias en Venezuela. Muchos profesionales cualificados no logran insertarse laboralmente por falta de regularización migratoria.

El reportaje también aborda prácticas irregulares como el “raspado de tarjeta”, un mecanismo para obtener dólares preferenciales en el extranjero y venderlos en el mercado negro venezolano. Aunque esa brecha cambiaria se ha reducido, persiste como estrategia de supervivencia para algunos. Las historias recogidas en Santo Domingo y Boca Chica reflejan realidades de sacrificio extremo: familias durmiendo en pisos compartidos, limitando su alimentación y luchando por acumular recursos para subsistir o retornar. La investigación concluye que la migración venezolana en República Dominicana es diversa, desde empresarios hasta trabajadores vulnerables, pero todos unidos por un mismo denominador: la necesidad de sobrevivir.