En La Opción de la Noche se transmitió un sketch cargado de sátira sobre lo que ocurre en una sala de redacción. La escena recreó cómo representantes de cantantes llegan hasta los periodistas con sobres y “aportaciones” bajo la mesa para que sus artistas sean colocados en primera plana o reciban invitaciones a premios.
El humor surgió de los diálogos exagerados entre reporteros y promotores, donde la prioridad no era la calidad musical, sino el tamaño del “aporte” entregado. Con ironía, los actores mostraron cómo se negocian titulares, entrevistas y menciones en medios de comunicación, reflejando con comicidad una crítica a las prácticas poco éticas en el espectáculo.
El público celebró el sketch por su tono directo y desbordante de picardía, que ridiculizó la corrupción en el mundo del entretenimiento. Una vez más, el programa usó la parodia para poner en evidencia realidades incómodas a través de la risa.