El escándalo generado por un video sexual grabado en una plaza comercial y difundido masivamente a través de WhatsApp y redes sociales terminó convirtiéndose en una pesadilla para Diana Paulino, una joven de 26 años que fue falsamente vinculada a las imágenes. Según relató en una entrevista junto a su esposo, fue señalada sin pruebas a raíz de una antigua participación en una conferencia organizada por la empresa donde ocurrieron los hechos, y su fotografía fue tomada de Facebook y distribuida como si fuera la protagonista del video.
Paulino explicó que la viralización fue tan rápida que en cuestión de horas su nombre se volvió tendencia, recibiendo insultos y burlas de personas que no la conocían. Para protegerse, cerró sus redes sociales y bloqueó su teléfono mientras decidía cómo enfrentar la situación. Finalmente, decidió hablar y presentar pruebas que demuestran que no se encontraba en el lugar el día del incidente, incluyendo registros de GPS y comparaciones físicas evidentes. También recurrió a la Policía Nacional para denunciar la difamación.
La empresa mencionada, Bextro, emitió posteriormente una certificación donde confirma que Diana Paulino no pertenece ni ha pertenecido a su nómina, y que el caso corresponde a dos adultos que ya fueron objeto de medidas internas. Las autoridades de ciberdelitos rastrean ahora los números y cuentas que difundieron la imagen de Paulino junto al video. “Nosotros no queremos ser víctimas de la sociedad; queremos que se respete nuestra dignidad”, expresó la joven, llamando a la reflexión sobre los daños que puede causar un simple clic.