Un episodio que debió resolverse como un simple trámite administrativo terminó convirtiéndose en tema nacional: el enfrentamiento entre una fiscal y un agente de AMET. Lo que inició como una infracción de tránsito derivó en acusaciones de agresión física, disculpas públicas y un acuerdo inesperado que fue presentado junto a la fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, y al procurador adjunto Daniel Germán Villalona.
El agente pidió disculpas, asegurando que nunca tuvo intención de agredir a la magistrada, mientras narraba cómo su familia sufrió por el incidente. La fiscal, por su parte, reconoció haber cometido una infracción de tránsito al estacionarse en la acera y pidió perdón a la sociedad, enfatizando que los funcionarios públicos deben ser los primeros en cumplir la ley. Con tono emotivo, destacó que su fe cristiana, su compromiso con el país y su familia la llevaron a aceptar el acuerdo.
El caso abrió un debate más amplio sobre el uso de la autoridad y los privilegios en la República Dominicana. Analistas señalaron que este tipo de incidentes revela la cultura del “¿usted no sabe quién soy yo?”, un comportamiento recurrente entre funcionarios. El consenso fue que más allá del acuerdo, el episodio debería servir como lección institucional: reforzar la formación de los agentes de tránsito y recordar que la ley aplica por igual a todos los ciudadanos.