En Veracruz, México, una multitud enfurecida sacó por la fuerza a un presunto delincuente de un hospital para lincharlo en plena vía pública. El hombre, señalado por cometer un crimen que los vecinos no querían dejar impune, fue golpeado brutalmente mientras yacía semiinconsciente en el suelo. Testigos reportan que la agresión se intensificó sin que nadie pudiera detenerla.
Tras la golpiza inicial, la turba arrastró al presunto agresor hasta una plaza, donde continuó la agresión. En un momento crítico, un sacerdote se interpuso entre la multitud y el hombre, logrando frenar temporalmente la violencia. La intervención permitió que recibiera atención, pero sus heridas ya eran demasiado graves.
Pese al esfuerzo por salvarlo, el hombre murió poco después a causa de los golpes. Las autoridades locales investigan el caso para determinar responsabilidades y han reiterado el llamado a evitar la justicia por mano propia, advirtiendo que este tipo de acciones, además de ilegales, generan más violencia e impunidad.