Las californianas Rebeca y Kourtney Greenshaw vivieron una peligrosa competencia que casi les cuesta la vida. En su obsesión por ser la más delgada, ambas llegaron a consumir apenas 350 calorías al día y a ejercitarse de manera compulsiva. Rebeca, la mayor, confesó que sus comentarios hirientes sobre el cuerpo de su hermana fueron el detonante de una carrera suicida que las llevó a la anorexia severa y a una relación distorsionada con la comida.

Kourtney recuerda que su meta era pesar menos de 70 libras, aunque su percepción corporal seguía siendo negativa incluso en su estado más crítico. La joven también enfrentó el alcoholismo como una vía para poder ingerir alimentos sin sentir culpa, combinando dos adicciones devastadoras. La lucha diaria de ambas hermanas contra la anorexia y la bulimia marcó profundamente sus años de adolescencia.

Hoy, ambas han transformado su experiencia en un mensaje de esperanza. A través de su canal de YouTube, con más de dos millones de seguidores, comparten su historia y ofrecen apoyo a quienes atraviesan trastornos alimenticios. “Ayudar a otros también nos ayuda a nosotras”, afirman, orgullosas de ser un ejemplo de superación y de convertir el dolor en una plataforma de concientización y cambio.