La oficial mexicana suspendida sin sueldo por posar sin brasier dentro de una patrulla en horario laboral vuelve a ser tendencia, esta vez por la filtración de nuevas fotos donde posa de forma sensual para sus redes sociales. Las imágenes, consideradas por muchos como provocadoras, han generado controversia y reacciones divididas sobre la línea entre la vida privada y el deber institucional de los servidores públicos.
Lejos de quedarse en el anonimato tras la sanción, la agente ha captado la atención de empresarios del entretenimiento nocturno, quienes ya le han hecho propuestas formales para participar en espectáculos y sesiones fotográficas profesionales. Según fuentes cercanas, varias ofertas buscan “jugar con la imaginación de sus seguidores” y explotar su repentina fama como figura mediática viral, generando tanto apoyo como críticas en redes sociales.
Mientras el cuerpo policial no ha emitido nuevos comunicados sobre su situación laboral, la exagente enfrenta un dilema entre mantener su carrera institucional o aprovechar el interés del mundo del espectáculo. Lo que inició como una sanción disciplinaria podría convertirse, para bien o para mal, en el inicio de una nueva etapa pública para la protagonista del escándalo.