Lo que debía ser una jornada deportiva escolar terminó en caos y conmoción cuando un inesperado torbellino se formó en medio del evento, arrastrando a un niño por los aires. Testigos aseguran que fueron tres los remolinos que surgieron repentinamente, provocando pánico entre estudiantes, padres y maestros. El primero fue suficiente para que los organizadores comenzaran a evacuar la zona, pero no fue hasta el segundo y tercer torbellino que la situación se tornó verdaderamente peligrosa.

El segundo remolino levantó mochilas, ropa y libros, mientras los presentes trataban de refugiarse. Sin embargo, el tercero —el más violento— impactó de lleno en la zona donde aún había estudiantes, y una cámara captó el momento en que un niño fue literalmente levantado del suelo por la fuerza del viento y lanzado varios metros más adelante. El menor fue trasladado de inmediato al hospital, donde se confirmó que se encuentra fuera de peligro y en proceso de recuperación.

El fenómeno natural, tan breve como devastador, sorprendió a todos por su intensidad y lo inusual del suceso. Las autoridades locales investigan si hubo advertencias previas de condiciones climáticas extremas, mientras padres y docentes piden mayor previsión para futuros eventos escolares al aire libre. Por fortuna, el incidente no cobró vidas, pero dejó una lección sobre la imprevisibilidad de la naturaleza.