A un año del hallazgo del cadáver de la abogada Paola Languasco, su familia continúa enfrentando la indiferencia institucional, la impunidad judicial y el peso emocional de una pérdida que sigue sin respuestas claras. Paola fue encontrada muerta en abril de 2015 tras varios días desaparecida. Desde entonces, sus padres y allegados han denunciado constantes fallos del sistema de justicia dominicano, convirtiendo su caso en un símbolo de negligencia y corrupción.

El principal acusado, Ambiórix Nepomuceno Rodríguez, fue arrestado en España por delitos vinculados al narcotráfico, pero su extradición hacia República Dominicana se ha retrasado por múltiples trabas burocráticas. La familia asegura que fue gracias a su propia labor investigativa que lograron localizar al sospechoso en territorio español. “Nosotros hicimos lo que les tocaba a las autoridades. Dimos direcciones, nombres y ubicaciones. Y aun así, nos dejaron solos”, declaró el padre de Paola, visiblemente indignado.

La indignación crece al recordar que Nepomuceno fue liberado en 2015 solo 36 horas después de su primer arresto, pese a portar un arma de fuego ilegal. Según los familiares, esa liberación se logró mediante el pago de sobornos millonarios a miembros del sistema. Mientras la audiencia preliminar continúa sin fecha y otros implicados esperan juicio, los hijos pequeños de Paola siguen preguntando por ella, y su familia mantiene viva la exigencia de justicia con una frase que repiten como mantra: “No nos van a callar”.