En una emisión reciente del programa El Jarabe, los periodistas Marino Zapete y Edith Febles analizaron con dureza la implicación de Blas Peralta en el asesinato del exrector Mateo Aquino Febrillet, y revelaron detalles sobre una llamada telefónica realizada tras el crimen. En dicha conversación, Peralta aparece dialogando con varias personas, incluyendo su abogado, lo que abrió el debate sobre los límites éticos y legales del ejercicio de la defensa. Aunque se aclaró que el abogado no participó en el encubrimiento, los comunicadores advirtieron que si miente bajo juramento, su responsabilidad podría cambiar radicalmente.

El programa también recordó el historial de conflictos legales de Blas Peralta, como su vinculación con el escándalo del Plan Renove y la muerte del sindicalista Carmelo Lespín. Zapete y Febles enfatizaron que el caso de Febrillet no puede verse como un hecho aislado, sino como parte de una estructura de poder y corrupción profundamente enquistada en el sector transporte, alimentada por la complicidad de los gobiernos de turno. “No es el transporte que corrompe a los políticos, son los gobiernos que corrompen a los transportistas”, señaló enfáticamente Zapete.

Ambos periodistas criticaron la manera en que Peralta se mantuvo como asimilado de la Policía a pesar de su historial delictivo, incluso portando un arma estatal. Denunciaron que su influencia le permitía manipular testigos, operar con impunidad y hasta liderar protestas paralizantes para el país. Febles recordó que testigos del asesinato cambiaron sus declaraciones bajo amenazas, confirmando la red de intimidación que rodea al caso. “Esa gente no juega”, advirtió un testigo a los periodistas, dejando claro que este proceso va mucho más allá de una simple condena: expone las entrañas de un sistema corrupto y violento.