Un escándalo sacude a El Salvador tras la filtración de un video explícito grabado presuntamente dentro de un penal del país, en el que se observa a tres mujeres completamente desnudas bailando ante un grupo de aproximadamente 200 reclusos, la mayoría de ellos identificados como miembros de pandillas. El material audiovisual, atribuido a un recluso que lo habría grabado con un celular, ha sido ampliamente compartido en redes sociales, desatando indignación y sorpresa tanto a nivel nacional como internacional.
Según fuentes extraoficiales, la fiesta habría tenido lugar en agosto de 2013, en pleno auge de la tregua entre pandillas impulsada por el gobierno de ese entonces. Se especula que este tipo de eventos podría haber sido parte de los beneficios otorgados a cambio del cese de violencia entre bandas criminales. El hecho de que las actividades ocurrieran en el interior de un centro penitenciario, bajo custodia estatal, ha generado serias dudas sobre el control real dentro de las cárceles durante dicho período.
Hasta el momento, las autoridades salvadoreñas no han emitido declaraciones oficiales sobre el contenido del video ni han confirmado su autenticidad. Sin embargo, el escándalo ha reabierto el debate sobre los cuestionados términos de la tregua, la permisividad institucional y el deterioro del sistema penitenciario. El caso podría derivar en investigaciones para determinar responsabilidades dentro de la administración carcelaria de la época.