Desde Los Ángeles, la actriz mexicana Kate del Castillo ofreció su primera entrevista televisiva en español sobre el polémico vínculo que sostuvo con Joaquín “El Chapo” Guzmán. En conversación con CNN, relató cómo un tuit personal publicado años atrás la condujo, sin imaginarlo, a uno de los escándalos más explosivos de su carrera. Aclaró que su intención original era producir una película basada en la vida del narcotraficante, no entablar una relación personal con él. “Jamás recibí dinero ni para el tequila ni para la película”, insistió, y recalcó que nunca hubo un vínculo romántico entre ambos, pese a los mensajes publicados por el gobierno mexicano.
Del Castillo denunció que fue víctima de una campaña de desprestigio por parte de las autoridades mexicanas, quienes —según ella— filtraron evidencia fuera de contexto para construir una narrativa sensacionalista. “No temo al cártel, temo al gobierno mexicano”, confesó, alegando que las instituciones la destruyeron públicamente y la expusieron de forma injusta. Además, criticó que su participación en la entrevista con El Chapo fue manipulada mediáticamente para hacerla ver como una aliada, cuando su verdadero objetivo era entender y documentar el origen estructural del crimen organizado.
Sobre el actor Sean Penn, con quien viajó a encontrarse con Guzmán, Kate reveló que él tenía una agenda oculta. Aunque en principio confiaba en él como activista y figura pública, terminó sintiéndose utilizada. La actriz defendió su derecho a contar historias difíciles y denunció la doble moral con la que ha sido tratada. “Si yo hubiera sido hombre, esta historia no habría sido igual”, afirmó tajante. Hoy, aunque sigue enfrentando el peso de esa decisión, reafirma que su intención era y sigue siendo artística, no criminal.