La Octava Sala Penal del Distrito Nacional declaró inadmisible la demanda por difamación que el sacerdote Manuel Ruiz había interpuesto contra los periodistas Marino Zapete, Diana Lora, Altagracia Salazar y Franklin Guerrero. El juez Teófilo Andújar basó su decisión en que la instancia ya había sido sometida sin éxito en cuatro ocasiones anteriores y carecía de elementos suficientes para continuar en proceso. La defensa de los comunicadores, encabezada por los abogados Laura Acosta, Nassef Perdomo y Luis Rivas, presentó el incidente que culminó con el archivo definitivo del expediente.
Durante meses, los acusados enfrentaron presiones judiciales por sus denuncias públicas sobre temas sensibles, como la protección institucional a personas vinculadas a abusos y la falta de respuesta frente a denuncias ciudadanas. “Es un triunfo de la comunicación”, declaró Franklin Guerrero, quien destacó que se trató de una defensa al derecho a opinar y a cuestionar lo que preocupa a la sociedad. En sus programas, los periodistas abordaron temas como la pedofilia en entornos religiosos, la corrupción comunitaria y la protección institucional.
Tras la decisión, los comunicadores expresaron alivio y reafirmaron su compromiso con el periodismo responsable. Nuria Piera, al felicitar al equipo durante la transmisión, valoró el precedente positivo para la libertad de prensa en el país. La resolución judicial también fue interpretada como un freno a los intentos de silenciar voces críticas desde sectores religiosos con poder. “Por sus hechos los conoceréis”, citó Guerrero, aludiendo al papa Francisco, subrayando la urgencia de separar a quienes encubren abusos del verdadero espíritu eclesial.