Las recientes declaraciones de Monchy Fadul sobre la delincuencia y la percepción ciudadana han reavivado un profundo malestar en la población dominicana. Aunque no es la primera vez que el político se pronuncia en estos términos, esta vez la reacción ha sido más intensa, pues la ciudadanía siente que la violencia ya forma parte del día a día. “Aquí todos hemos sido víctimas o conocemos a alguien que lo ha sido”, expresó un comunicador visiblemente indignado.
La indignación crece en medio de casos concretos como el ocurrido en Villaholga, donde la Policía Nacional logró apresar a dos hombres tras una intensa persecución. Los sospechosos, que habrían cometido un atraco en plena carretera Don Pedro, fueron interceptados cerca del parque local. Al momento del arresto, se les ocupó una motocicleta con reporte de robo y una pistola, lo que reforzó las sospechas de actividad delictiva organizada.
Las imágenes del operativo fueron compartidas en medios locales como prueba del esfuerzo policial, aunque muchos ciudadanos exigen no solo capturas aisladas, sino una política coherente y sostenible contra la criminalidad. La población sigue clamando por acciones concretas, ante un clima donde la seguridad parece cada vez más frágil y la percepción de impunidad, cada vez más sólida.