La deserción de los peloteros cubanos Yulieski Gurriel, de 31 años, y su hermano Lourdes Gurriel, de 24, ha generado revuelo tanto en Cuba como en República Dominicana. Tras finalizar su participación en la Serie del Caribe representando a Cuba, y luego del partido contra Venezuela, ambos abandonaron su hotel en la madrugada sin regresar con la delegación. Según fuentes de prensa, las autoridades cubanas, sorprendidas, habrían intentado localizarlos sin éxito. Incluso se especula que un vehículo con distintivos de la Fuerza Aérea Dominicana estuvo involucrado en su presunta huida, aunque esto no ha sido confirmado oficialmente.
Yulieski, considerado uno de los mejores talentos del béisbol cubano, habría tomado la decisión ante la falta de un acuerdo formal entre Cuba y las Grandes Ligas que le permita firmar legalmente. Con 31 años, su tiempo para asegurar un contrato lucrativo es limitado. Lourdes, mucho más joven y con margen de espera, habría decidido seguir a su hermano mayor. Expertos como Pedro Martínez han cuestionado la falta de negociaciones estructuradas por parte de varios países, incluyendo República Dominicana, que permitan proteger a los jóvenes talentos que no logran llegar a las ligas mayores, brindándoles alternativas educativas o laborales.
El caso refleja una realidad compleja: mientras en Cuba salir sin autorización continúa siendo un delito, en República Dominicana, aunque no se prohíbe salir, las restricciones migratorias internacionales impiden la salida efectiva de muchos. Sin embargo, los cubanos gozan de privilegios migratorios en Estados Unidos, lo que incentiva este tipo de deserciones. La prensa oficial cubana, a través de Cuba Debate, confirmó que los Gurriel han “caído en manos de negociadores marginales”, reforzando su postura crítica ante estas salidas no autorizadas. El escándalo podría escalar si se confirma participación de entidades oficiales dominicanas en el escape.