Un insólito y confuso caso mantiene en vilo a los residentes de Monción y a las autoridades forenses del país. La familia de Kelvin Javier Rodrigo identificó y enterró un cuerpo en la morgue del hospital de Santiago, convencidos de que se trataba del joven, supuestamente fallecido. Dos tíos y su madre confirmaron la identidad por una cicatriz visible, y procedieron a realizar el funeral y el entierro en el cementerio municipal.
Sin embargo, días después del sepelio, un giro de película sacudió al pueblo: una llamada telefónica. El propio Kelvin habría contactado a su madre afirmando que estaba vivo. “Yo le reconocí la voz”, dijo la señora entre lágrimas, aunque aún no se ha producido un encuentro físico entre madre e hijo. Residentes de Santiago Rodríguez aseguran haberlo visto, pero no hay pruebas fehacientes de su paradero actual ni confirmación oficial por parte de las autoridades.
Este desconcertante caso abre la posibilidad de una exhumación del cadáver enterrado por error, con el fin de identificar correctamente a la persona fallecida. Las autoridades forenses y policiales deberán intervenir para esclarecer lo ocurrido y determinar cómo se cometió una identificación errónea tan grave. Mientras tanto, una madre espera con angustia volver a ver el rostro de su hijo, esta vez con vida.