Una experta en análisis facial ha revelado detalles sorprendentes sobre la actitud y lenguaje corporal de Joaquín “El Chapo” Guzmán, captados durante su presentación ante las cámaras tras ser detenido en Sinaloa. La criminalista Adriana González explicó en entrevista que, aunque esposado y escoltado por soldados, el capo mostraba signos de control y seguridad personal. “Desde que bajó las escaleras, lo hizo con mesura, como si fuera un embajador”, indicó González, subrayando que en ningún momento proyectó vergüenza o derrota.

Según el análisis, los gestos y expresiones de Guzmán reflejan una personalidad fuerte y calculadora. Su mirada constante y panorámica indicaría un intento de dominar el entorno, a pesar de las circunstancias. “Él busca primero dominio del territorio. No muestra arrepentimiento, sino la voluntad de seguir en control”, explicó la experta. Además, la especialista destacó la llamada “sonrisa canina” observada en el rostro del capo: una señal de agresividad contenida. Rasgos como la prominencia de la nariz también fueron interpretados como manifestaciones de un ego elevado.

El análisis pone en evidencia que Guzmán, lejos de mostrarse como un hombre vencido, utilizó su lenguaje corporal para proyectar una imagen de fortaleza ante la opinión pública. “Mostrar el rostro es decir: estoy aquí, estoy vivo, estoy viéndolos”, concluyó González. Este perfil psicológico añade un matiz más al enigmático líder del narcotráfico, cuya actitud durante la captura sigue generando debate entre especialistas y el público.