Un momento de tensión se vivió durante una transmisión de CNN cuando una presentadora embarazada sufrió un leve desmayo fuera de cámara. Mientras se desarrollaba una noticia, su voz comenzó a desvanecerse hasta que se produjo un silencio notorio. Aunque el incidente no se mostró visualmente, la audiencia notó la abrupta pausa y generó preocupación inmediata en redes sociales.
Minutos después, la propia periodista reapareció en pantalla para tranquilizar al público: “Muchas gracias. Y a todos ustedes en Twitter que me preguntan si estoy bien, muchas gracias. Me quedé un poco caliente y me pasé por un momento. Estoy bien. Vamos a tomar un breve descanso. Volveremos de inmediato.”
El hecho ha encendido el debate sobre las exigencias físicas del trabajo periodístico en etapas delicadas como el embarazo, especialmente en medios de ritmo tan acelerado como la televisión en vivo.