Tras semanas de rumores y titulares alarmantes, Rafael Amaya aclara lo ocurrido en torno a su repentina desaparición mediática. El actor mexicano, reconocido por su papel de Aurelio Casillas en El Señor de los Cielos, confirma que fue hospitalizado durante dos días debido a una crisis nerviosa provocada por el agotamiento físico y emocional tras casi un año de trabajo ininterrumpido. Desmiente categóricamente haber estado en coma, haber sufrido una sobredosis o haber ingresado a un centro de rehabilitación por consumo de drogas.

En una entrevista exclusiva, Amaya explica que tomó la decisión de internarse voluntariamente al experimentar un ataque de pánico. “Me sentía muy mal, con una crisis emocional fuerte. No fue por drogas, fue por estrés acumulado”, aseguró. También reconoció que su cuerpo llegó a un límite y necesitaba desconectarse para reencontrarse consigo mismo y con su familia. “Era hora de recargar energías y soltar un poco al personaje que me consume tanto”, dijo en referencia a Casillas.

Pese a las especulaciones en redes sociales y medios internacionales, Amaya insiste en que se encuentra sobrio, estable y agradecido por la oportunidad de tomar un descanso necesario. Asegura que su recuperación ha sido más espiritual que clínica, y que está listo para regresar renovado tanto en lo personal como en lo profesional.