Luis Marino, fundador de los restaurantes Adrián Tropical, compartió en el programa Esta Noche con Mariasela su poderosa historia de superación personal. Hijo mayor de nueve hermanos, creció sin su madre durante buena parte de su infancia y asumió responsabilidades desde muy joven. A los ocho años ya vendía helados en las calles para aportar a su hogar. Fue canillita, limpiabotas, lavador de ropa usada, vendedor de dulces y empleado de colmado, todo mientras asistía al colegio. Su infancia estuvo marcada por el trabajo constante, pero también por la voluntad inquebrantable de salir adelante.
En la entrevista, Marino explicó que, más que una carencia, la ausencia de su madre fue un motor que lo empujó a buscar su propósito y sentido de pertenencia. Asegura que, en lugar de victimizarse, usó sus circunstancias para forjar disciplina, temple y metas claras. Incluso cuestionó la visión rígida sobre el trabajo infantil: “No estoy de acuerdo con que los niños no trabajen. Lo que no se puede es explotarlos. Pero el trabajo bien orientado crea responsabilidad y hábito”.
Hoy, Luis Marino dirige una de las cadenas de restaurantes más emblemáticas de República Dominicana. Su historia es un ejemplo vivo de cómo las dificultades pueden transformarse en fuerza motora. Desde las esquinas donde vendía periódicos hasta los salones donde hoy se sirven sus platos, su vida es testimonio de perseverancia, visión y transformación.