La nueva Miss República Dominicana Universo 2015, Clarissa Molina, habló sin filtros sobre los retos que enfrentó antes de alcanzar la corona. “Mis padres se divorciaron y yo no vivía con ninguno de los dos”, confesó. “Me tocó aprender a tomar decisiones sola, desde joven”. Tras migrar a Estados Unidos, vivió meses de inestabilidad. “Con mi maleta a cuestas, dormí donde podía hasta que mi tío me acogió en su casa en New Jersey”.
Con esfuerzo, Clarissa trabajó en McDonald’s durante tres años mientras estudiaba. “No sabía inglés y me hacían bullying”, dijo. Esa etapa difícil fortaleció su carácter. Tiempo después, tras participar en un reality televisivo, volvió al país e ingresó al certamen nacional. Aunque su entrada al concurso fue tardía, la organización aceptó su participación y la historia de migración, sacrificio, belleza y superación se impuso en el escenario.
Clarissa Molina representa a miles de jóvenes que sueñan con lograr más allá de lo que su entorno permite. Su relato no solo inspira, sino que también visibiliza los obstáculos que enfrentan los migrantes y la capacidad de la juventud dominicana para convertir la adversidad en éxito. Su vida es, sin duda, una muestra palpable de migración, sacrificio, belleza y superación.