Isidro de la Rosa, un mecánico industrial de 32 años, ha denunciado públicamente que una empresa para la que trabajó en 2010 le implantó de manera clandestina un dispositivo GPS en su brazo izquierdo, sin su conocimiento ni consentimiento. La sorprendente acusación fue presentada en un reportaje especial transmitido por el programa Zona 5.
Según De la Rosa, el incidente habría ocurrido mientras se encontraba inconsciente durante una jornada laboral en la fábrica de plásticos, a la que acudió a pesar de estar recién dado de alta por problemas de salud vinculados a químicos industriales. Alega que tras su regreso a casa comenzó a notar comportamientos sospechosos a su alrededor y decidió someterse a estudios médicos que revelaron, según su testimonio, la presencia de una partícula en su antebrazo. Asegura que dicho dispositivo no solo rastrea su ubicación, sino que ha afectado su salud física y mental.
El caso ha generado escepticismo, pero también alarma entre familiares y expertos. Mientras su madre ya expresa respaldo a su hijo, un especialista en tecnología señaló que, si bien es poco probable, técnicamente sería posible implantar este tipo de dispositivos. La empresa implicada ha confirmado que De la Rosa trabajó para ellos, pero aún no ha emitido una respuesta oficial sobre las acusaciones.