Una nueva edición del desfile por la liberación femenina se llevó a cabo en Nueva York, protagonizada por hombres y mujeres con el torso desnudo, en lo que sus organizadores consideran una manifestación de libertad corporal y expresión. Mientras algunos asistentes y familias expresaron sentirse incómodos u ofendidos, otros defendieron la caravana como un acto válido de empoderamiento. Como es costumbre en estos eventos, la policía local cerró varias calles para permitir el recorrido sin incidentes.