En un giro significativo en las políticas migratorias, la administración de Donald Trump ha anunciado un plan para imponer multas de hasta 998 por día a los inmigrantes que no abandonen el país después de recibir una orden de deportación. Según informó la agencia Reuters, la medida busca presionar a aquellos migrantes con órdenes finales de deportación para que dejen los Estados Unidos, o de lo contrario, enfrentarán sanciones económicas severas.
Un alto funcionario del gobierno reveló que las multas podrían acumularse rápidamente, alcanzando más de $100,000 debido a que se aplicarían de manera retroactiva, desde el momento en que se emitió la orden de deportación, con un límite de hasta cinco años. Esta acción es parte de un esfuerzo más amplio para acelerar el proceso de deportación y desincentivar la permanencia ilegal en el país.
Además, en una noticia de última hora, se ha confirmado un acuerdo entre el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el Servicio de Rentas Internas (IRS) que podría tener un impacto significativo en la privacidad de los inmigrantes. Según los documentos presentados en corte, el IRS comenzará a compartir información sobre inmigrantes con orden de deportación o bajo investigación por ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas). Esto incluye datos de aquellos que están siendo investigados por su estatus migratorio o que han recibido una orden final de deportación.
Este cambio de política representa un giro radical respecto a la posición histórica del IRS, que hasta ahora había alentado a los inmigrantes a presentar sus declaraciones de impuestos, sin temor a que dicha información fuera utilizada en su contra en procesos migratorios. Sin embargo, el nuevo acuerdo implica que la agencia fiscal podrá compartir detalles relevantes con las autoridades migratorias, lo que podría facilitar la identificación y deportación de aquellos inmigrantes indocumentados que se encuentren en el país de manera ilegal.