Un episodio de confusión marcó la cobertura del enfrentamiento donde cayó abatido John Percival Matos, luego de que el general Garavito ofreciera declaraciones apresuradas a la prensa. En lugar de ingresar a la escena del crimen, coordinar con el médico legista y verificar los hechos, el oficial afirmó públicamente que el fallecido no era Percival, contradiciendo la información que ya circulaba en el lugar.

La situación generó tensión con los periodistas presentes, quienes le cuestionaron en varias ocasiones sus afirmaciones. Mientras Garavito insistía en que el cadáver no correspondía al exteniente buscado por asaltos bancarios, testigos señalaban que hacía más de dos horas el médico legista había confirmado oficialmente la identidad del abatido. La falta de coordinación dejó a la opinión pública en un limbo informativo durante varias horas.

El error, considerado por muchos como un intento de protagonismo, debilitó la credibilidad de Garavito en un momento crucial, más aún cuando se rumoraba que su nombre figuraba como candidato para dirigir la Policía Nacional. El episodio evidenció deficiencias en el manejo comunicacional de las autoridades durante uno de los casos criminales más mediáticos de los últimos años.