La destitución del general José Acosta Castellanos ha causado sorpresa y debate en la ciudad de Santiago. Apenas con dos meses y medio en el cargo, muchos ciudadanos consideraban que comenzaba a mostrar avances en el control de la delincuencia y los atracos que han golpeado con fuerza a la población.

El anuncio de su salida generó interrogantes sobre las razones detrás de la medida. Diversos sectores santiagueros expresaron su inconformidad, señalando que era prematuro remover a un oficial que recién estaba implementando estrategias de seguridad en la zona. La percepción general era que Acosta Castellanos empezaba a dar señales de resultados positivos.

Mientras tanto, se espera la llegada del nuevo jefe policial que sustituirá a Acosta Castellanos. La población, en un clima de expectativa y escepticismo, reclama continuidad en los esfuerzos para reducir la criminalidad, temiendo que los cambios constantes en la jefatura afecten los avances alcanzados.