En una jornada marcada por la indignación y el dolor, se ha hecho un llamado urgente a la reflexión nacional frente al creciente número de casos de violencia contra menores en la República Dominicana. La situación se ha convertido en una preocupación latente para la sociedad, los medios de comunicación y las autoridades, quienes demandan respuestas y soluciones inmediatas.
La indignación colectiva se ha avivado tras el reciente hallazgo del cuerpo sin vida de un adolescente de 14 años en el Arroyo Lebrón, en Pedro Brand, con evidentes signos de violencia. El joven había sido reportado como desaparecido desde el 16 de febrero, y su hallazgo ha despertado recuerdos de trágicos casos del pasado, como el de José Rafael Llenas Aybar en 1996. Este suceso se suma a la brutal agresión de un padre contra su propio hijo, un niño de apenas cuatro años, quien fue apuñalado por su progenitor, generando un rechazo unánime en la opinión pública.
La violencia contra la niñez y la adolescencia en el país refleja un fenómeno social alarmante que requiere acción inmediata y coordinada. Analistas y especialistas han resaltado la necesidad de fortalecer las políticas de protección infantil, mejorar la vigilancia de los casos de abuso y maltrato, así como reforzar los programas de prevención y asistencia para familias en situación de riesgo.
Desde la Z101, se ha enfatizado en la responsabilidad de todos los sectores de la sociedad en la lucha contra este flagelo. Se ha instado a las autoridades a garantizar la justicia en cada caso y a la ciudadanía a no ser indiferente ante las señales de abuso infantil.
Mientras el país avanza en otros aspectos del desarrollo, el drama de la violencia contra menores exige una atención prioritaria, pues no hay futuro posible sin garantizar la seguridad y el bienestar de la infancia dominicana. Este llamado a la reflexión debe traducirse en acción concreta para frenar una crisis que no admite más indiferencia ni postergación.