Washington D. C. – Una investigación conjunta del Departamento de Justicia de Estados Unidos y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) ha concluido que no existen pruebas de que Jeffrey Epstein, el fallecido magnate acusado de tráfico sexual de menores, tuviera una supuesta “lista de clientes” poderosos que habría utilizado para chantaje. Así lo revelaron este lunes medios como ABC News y Axios.
El informe también confirma de forma oficial que Epstein murió por suicidio en una prisión federal de Nueva York en 2019, poniendo fin a años de especulaciones sobre un posible asesinato encubierto. La conclusión representa la primera negación categórica por parte del gobierno federal a las teorías conspirativas promovidas por algunos aliados del expresidente Donald Trump, quienes sostenían que Epstein fue asesinado para silenciarlo.
Los investigadores revisaron decenas de miles de archivos, incluidas horas de grabaciones de seguridad, que demostraron que nadie accedió a la zona donde Epstein fue hallado muerto. También evaluaron documentos, registros de vuelos y videos incautados por el FBI desde el inicio del caso.
El informe final no encontró “ninguna prueba creíble de que Epstein chantajeara a individuos prominentes” ni evidencia de una “lista de clientes incriminatoria”. A raíz de estos hallazgos, las autoridades indicaron que no se prevén más cargos ni investigaciones contra terceros no acusados previamente.

Además, el memorando advierte que no se divulgarán más registros relacionados con el caso y subraya que una de las prioridades del Departamento de Justicia sigue siendo “combatir la explotación infantil y hacer justicia a las víctimas”.
“La perpetuación de teorías infundadas sobre Epstein no contribuye a ninguno de esos fines”, se lee en el documento oficial.
Epstein, quien fue arrestado en julio de 2019, enfrentaba cargos por tráfico sexual y conspiración que podrían haberle costado hasta 45 años de prisión. Su muerte, ocurrida un mes después de su detención, impidió la celebración del juicio y generó una ola de exigencias públicas para conocer la verdad sobre su red de contactos, la isla privada en las Islas Vírgenes y los vuelos de su jet privado, donde presuntamente ocurrieron algunos de los abusos.
Con esta conclusión, el caso Epstein da un giro institucional que busca poner fin a años de especulación pública, aunque muchos críticos sostienen que la verdad completa aún está lejos de conocerse.