El inicio del año escolar trae consigo una queja recurrente entre cientos de padres: el pago completo de las colegiaturas en el mes de agosto, cuando los estudiantes apenas reciben ocho días de clases. Esta situación, que se repite año tras año, representa un fuerte golpe económico, especialmente para familias con ingresos limitados y varios hijos en colegios privados.
Muchos padres consideran este cobro un abuso, ya que los gastos se multiplican en un contexto donde también deben cubrir inscripción, uniformes y libros. “Un padre pobre no puede pagar 3,000 o 2,000 pesos por un colegio cuando gana poco dinero”, expresó un afectado, mientras otros coinciden en que lo justo sería abonar solo la mitad de la mensualidad. No obstante, los centros educativos se defienden alegando que deben mantener el pago a su personal administrativo y docente desde inicios de mes.
Ante la dificultad, algunos padres han optado por trasladar a sus hijos a escuelas públicas, mientras otros continúan en colegios privados valorando la seguridad y la calidad de la enseñanza. Como alternativa, varias voces proponen un sistema de pago proporcional que alivie la carga económica de las familias, sin afectar la estabilidad de los maestros.