Los restos del destacado humorista conocido popularmente como Maceta fueron sepultados en el cementerio del municipio Licey, en un acto cargado de emotividad y muestras de cariño. Familiares, amigos, colegas y seguidores se reunieron para darle el último adiós a quien durante años regaló alegría y sonrisas al público dominicano.

La despedida estuvo marcada por lágrimas, recuerdos y aplausos que honraron su legado artístico. Muchos de los presentes resaltaron no solo su talento para el humor, sino también su calidad humana y su sencillez. Maceta dejó huella en los escenarios y en la vida de quienes lo conocieron, consolidándose como una de las figuras más queridas del entretenimiento popular.

Con su partida, la comedia dominicana pierde a un referente, pero queda inmortalizado en la memoria colectiva de un público que lo admiró y lo hizo parte de su vida cotidiana. Su voz y su risa seguirán siendo un recuerdo imborrable para todos.