Buenos Aires.– Una grave crisis sanitaria sacude a Argentina tras confirmarse que el fentanilo contaminado ha provocado la muerte de 96 personas y ha afectado a unos 45,000 pacientes que recibieron el fármaco en hospitales de todo el país. Las autoridades han puesto bajo investigación a los propietarios de dos laboratorios señalados como responsables de la distribución de las sustancias adulteradas.
La situación ha desatado un intenso debate político y parlamentario, ya que diversos sectores cuestionan la eficacia de los controles sanitarios en la producción y distribución de medicamentos. Legisladores de la oposición y del oficialismo coinciden en la urgencia de revisar las normativas para prevenir que tragedias similares se repitan.
El Ministerio de Salud confirmó que se investiga una posible cadena de negligencias que habría permitido que el fentanilo contaminado llegara a centros médicos sin pasar por los protocolos de verificación de calidad. Mientras tanto, familiares de las víctimas y asociaciones civiles exigen justicia y sanciones ejemplares para los responsables.
Expertos en toxicología advierten que el fentanilo, un opioide sintético de alta potencia, puede resultar letal incluso en dosis mínimas, por lo que su adulteración incrementa de forma drástica el riesgo de muerte. Además, recordaron que esta sustancia ha estado vinculada a crisis de sobredosis en países como Estados Unidos y Canadá, lo que obliga a extremar las medidas de control.
Organismos internacionales de salud han ofrecido asistencia técnica a Argentina para reforzar los mecanismos de detección temprana y trazabilidad de medicamentos, así como para capacitar al personal médico en la identificación rápida de intoxicaciones por opioides.
En medio de la conmoción, el Gobierno anunció la creación de una comisión especial para coordinar acciones con la justicia, los laboratorios y los hospitales, con el objetivo de retirar del mercado todo lote sospechoso y garantizar la seguridad de los pacientes. La población, sin embargo, mantiene la preocupación por la posible existencia de más casos no detectados.