El huracán David fue un fenómeno impresionante, con vientos que alcanzaron los 280 km/h y ráfagas incluso superiores a 300 km/h. A las 4:30 de la tarde del viernes 31 de agosto de 1979, República Dominicana se encontraba en el camino de este poderoso huracán. Su ojo tocó tierra entre Santo Domingo y San Cristóbal, con una estructura nubosa que cubrió todo el territorio nacional.
Las condiciones eran tan intensas que, aunque su ojo pasó sobre la capital dominicana, las personas pensaron que el peligro había pasado. Sin embargo, la segunda y más peligrosa banda de lluvias y vientos llegó posteriormente. El huracán David generó una destrucción sin precedentes, con vientos que seguían soplando a más de 200 km/h incluso sobre tierra firme.
Las lluvias torrenciales provocaron inundaciones devastadoras y desbordamientos de ríos y cañadas. Más de 2000 personas perdieron la vida debido a las condiciones extremas. La situación empeoró cuando, cuatro días después, la tormenta tropical Federico también impactó República Dominicana, generando seis días de lluvias continuas que arrasaron plantaciones agrícolas.
Después de su paso por República Dominicana, el huracán David se disipó el 8 de septiembre de 1979. Federico, que incluso alcanzó categoría 4 en el golfo de México, también se disipó el 14 de septiembre de ese año. Es importante resaltar que el huracán David había comenzado como una débil onda tropical en el Océano Atlántico central antes de intensificarse.