La comunicadora Altagracia Salazar analizó en su programa “De blackout a show político: lo que nadie dirá del apagón” las causas, consecuencias y repercusiones del apagón general que afectó a toda la República Dominicana, convirtiéndose —según dijo— en un espectáculo político más que en un tema técnico o institucional.

Salazar recordó que la avería se originó en las unidades de generación de San Pedro de Macorís y Quisqueya, lo que provocó una “salida en cascada” en el sistema eléctrico nacional. El servicio comenzó a restablecerse cerca de las 5 de la tarde, pero durante más de tres horas el país estuvo completamente paralizado. La comunicadora resaltó que los verdaderos responsables de la recuperación del sistema fueron los ingenieros y técnicos del sector energético, quienes trabajaron durante toda la noche para restablecer el servicio.

Asimismo, cuestionó la decisión del Departamento Nacional de Investigaciones (DNI) de asumir la investigación del caso, señalando que la entidad “no cuenta con ingenieros electromecánicos ni personal técnico especializado” para determinar las causas de una falla de esa naturaleza. Salazar advirtió que el apagón no debe convertirse en un instrumento de lucha política, sino en una oportunidad para revisar las vulnerabilidades del sistema eléctrico nacional.

En cuanto a las reacciones políticas, la periodista criticó al expresidente Leonel Fernández, quien calificó el apagón como un ejemplo de “ineficiencia del gobierno del PRM”. Recordó que durante la gestión de Fernández ocurrió el blackout más prolongado del país, 13 días antes de su reelección en 2008. “Estos eventos rara vez tienen consecuencias electorales, pero siempre se usan como munición política”, afirmó.

El programa también abordó otros temas de actualidad, como las deficiencias del sistema de salud, la denegación de libertad condicional a Pablo Ross, la apelación del caso Wander Franco, y la evaluación de candidatos a jueces por parte del Consejo Nacional de la Magistratura. Salazar concluyó su análisis con una reflexión sobre el deterioro institucional del país: “Mientras el poder se concentre en encubrir errores en lugar de corregirlos, seguiremos pasando del blackout técnico al blackout moral”.