La gobernadora de Puerto Rico, Jenniffer González, ha respondido con firmeza a las acusaciones del presidente venezolano, Nicolás Maduro. Maduro tildó a la mandataria de ser “cómplice” de Estados Unidos en un presunto plan para derrocarlo, en un momento en que la isla se ha convertido en un punto clave para una operación militar antidrogas de la administración Trump en el Caribe.

La gobernadora no solo rechazó las acusaciones, sino que también las calificó de “amenazas” y cuestionó el trato que el gobierno venezolano da a las mujeres.

La tensión se ha elevado en el Caribe después de que la administración de Donald Trump anunciara un plan integral para combatir el narcotráfico en la región. En el marco de esta iniciativa, Puerto Rico ha visto un despliegue de marines y la realización de ejercicios militares en sus costas.

La gobernadora Jenniffer González, ha respaldado sin reservas esta operación, afirmando que es la vía correcta para evitar un mayor derramamiento de sangre en las calles. Su postura ha puesto a la isla en el centro del debate geopolítico regional.

Por su parte, la comisionada residente de Puerto Rico, Jenniffer González, también ha manifestado su apoyo a la política exterior de la Casa Blanca. En sus declaraciones, González aclaró que la decisión de derrocar o no a Nicolás Maduro es una prerrogativa exclusiva del presidente de los Estados Unidos. Esta posición alinea a las principales figuras políticas de la isla con la estrategia de Washington, a pesar de las fuertes críticas provenientes de Caracas.

Las acusaciones de Maduro han sido calificadas como “ridículas” por la gobernadora, quien señaló que estas afirmaciones no solo carecen de fundamento, sino que también son un intento de desviar la atención de la crisis humanitaria en Venezuela.

La respuesta de Puerto Rico, tanto a nivel gubernamental como a través de la Comisionada Residente, demuestra un frente unido de apoyo a las políticas de seguridad de Estados Unidos, solidificando la posición estratégica de la isla en el Caribe.