En una amplia entrevista concedida a Despierta con CDN, el ministro de Hacienda y Economía, Magín Díaz, abordó los principales retos y estrategias del gobierno para enfrentar la coyuntura económica y asegurar la estabilidad financiera de la República Dominicana.

Díaz explicó que el país atraviesa un periodo de desaceleración económica, en línea con fenómenos globales, pero resaltó que la macroestabilidad y las reservas internacionales del Banco Central garantizan que no exista riesgo de crisis cambiaria.

El funcionario destacó que, desde su llegada al ministerio, se han incrementado los recursos destinados a inversión pública, un 20% más respecto a lo presupuestado, con el objetivo de dinamizar la economía y atender la infraestructura nacional. Asimismo, se ha reunido con más de 40 gremios empresariales, escuchando las principales preocupaciones del sector privado, principalmente la desaceleración del crecimiento, los retos sectoriales y la necesidad de coordinar políticas fiscales y monetarias.

Sobre la política cambiaria, Díaz explicó que la reciente subida del dólar responde a un fenómeno de tasas de interés más altas en Estados Unidos y movimientos estacionales, aclarando que no existe riesgo de devaluación.

En materia fiscal, afirmó que el gobierno evalúa cuidadosamente los subsidios y el gasto público, priorizando los destinados a inversión y programas sociales focalizados, mientras se preparan medidas para crear un espacio fiscal sostenible y avanzar hacia una reforma tributaria progresiva.

El ministro también se refirió a la situación de SENASA, asegurando que se mantendrá la transferencia de recursos necesaria para garantizar la estabilidad del sistema, mientras se implementan auditorías y controles para evitar déficits recurrentes. Sobre los aranceles estadounidenses del 10%, Díaz señaló que el impacto es limitado y que la economía nacional mantiene sus fundamentos sólidos, con flujos importantes de remesas, turismo, exportaciones e inversión extranjera.

Finalmente, el ministro aseguró que cualquier reforma fiscal futura será progresiva y consensuada, buscando compatibilizar estabilidad económica, política y social, sin comprometer la seguridad de las cuentas públicas ni el desarrollo del país.