Un encuentro en la Casa Blanca entre Donald Trump y unos sobrevivientes de persecución religiosa ha dado de qué hablar por las incómodas preguntas del presidente de EE.UU. a una ex esclava sexual yazidí, víctima del Estado Islámico (EI), que fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz por luchar por sus “esfuerzos para acabar con el uso de la violencia sexual como un arma de guerra”.

Rodeado por estos invitados el miércoles en el Despacho Oval, el mandatario permaneció sentado tras su escritorio mientras la activista yazidí Nadia Murad, torturada por el EI durante meses, le relataba sobre la cautividad y el terror de su pueblo a causa de ese grupo terrorista.

“Ellos asesinaron a mi mamá, a mis seis hermanos…”, señaló la defensora de derechos humanos de 25 años cuando el presidente la interrumpió con una pregunta que la dejó aparentemente anonadada.

“¿Dónde están ahora?”, indaga el inquilino de la Casa Blanca. Murad, que perdió a 18 miembros de su familia a manos del EI, guardó una breve pausa antes de responder. “Los mataron”, reiteró, precisando que “están en fosas comunes en Sinyar”, en Irak.

Con un “por favor, haga algo”, la activista retornó a su objetivo de solicitar ayuda a Trump para facilitar que los yazidíes desplazados regresen de forma segura a su tierra, actualmente bajo disputa entre las autoridades kurdas e iraquíes.

Murad le informó que 3.000 mujeres y niños de su comunidad permanecen desaparecidos, y el presidente, manteniendo el mínimo contacto visual, le prometió que mirará a profundidad el asunto. Sin embargo, seguidamente le hizo una pregunta que al parecer también la desconcertó.

“¿Y tú tienes el Premio Nobel?”, preguntó Trump, a lo que Nadia contestó afirmativamente. “Es increíble”, reaccionó el mandatario. “¿Y por qué razón te lo dieron? ¿Puedes explicarlo?”, indaga el inquilino de la Casa Blanca.

“¿Por qué razón?”, hizo eco la activista, galardonada con el Nobel de la Paz en el 2018. “Porque después de todo lo que me pasó no me rendí. Dejé claro a todos que el EI violó a miles de mujeres yazidíes. Fue la primera vez que una mujer de Irak habló de lo que le pasó”, relató Nadia al presidente.

“¿Oh, en serio? ¿Es verdad? ¿La primera vez?”, se sorprendió Trump. “La primera vez”, confirmó la nobel. “Entonces, ¿escapaste?”, continuó preguntando el líder de EE.UU.

“Escapé, pero no soy libre aún. Porque no hemos visto al EI ante un tribunal. No sabemos si los mataron a todos, si están en prisión. Pero sabemos que hay 3.000 mujeres y niños yazidíes, incluyendo a mi sobrina, mi sobrino, mi cuñada… hace tres años nos llamó y dijo: “Estoy en Siria”. Y ahora no sabemos nada de ella”, resumió Nadia.

“Déjeme ver. Veremos, ¿de acuerdo?”, prometió Trump antes de concluir su conversación con la defensora de los derechos humanos.

Cabe mencionar que este no fue el único momento bochornoso de dicha reunión. En detalle, un invitado que se presentó como “un rohinyá de un campo de refugiados de Bangladesh” preguntó a Trump sobre la existencia de algún plan para ayudar a su gente, a lo que el mandatario respondió: “¿Y dónde está eso exactamente?”.