En las entrañas del metro de Santo Domingo, un grupo valiente desafía las expectativas y redefine el paisaje laboral dominicano. Con más del 40% de los conductores del sistema de transporte siendo mujeres, el metro no solo es un símbolo de modernidad, sino también de igualdad de género en el ámbito laboral.

Desde las primeras horas de la mañana, mujeres como Narda Hernández y Jennifer Pérez Félix, con determinación y habilidad, lideran la carga de llevar a miles de pasajeros a sus destinos. Para ellas, conducir el metro no es solo un trabajo, es un desafío personal y una contribución vital al funcionamiento de la ciudad.

Este grupo selecto de conductoras no solo desafía los estereotipos de género, sino que también demuestra su capacidad y profesionalismo en cada viaje. A través de un riguroso proceso de selección y capacitación, estas mujeres demuestran que están a la altura de cualquier desafío, incluso en un campo tradicionalmente dominado por hombres.

El compromiso con la seguridad y el bienestar de los pasajeros es una prioridad constante, con sistemas de supervisión y control que garantizan un viaje sin contratiempos. Además, la igualdad de género se refleja en la promoción de mujeres como Estefanía Altagracia Mota y Andi Pérez Soltero a roles de liderazgo y supervisión, antes reservados exclusivamente para hombres.

El metro de Santo Domingo no solo es un ejemplo de eficiencia y modernidad en el transporte público, sino también un modelo de inclusión y oportunidad para mujeres en la fuerza laboral dominicana. Con cada viaje, estas mujeres continúan rompiendo barreras y allanando el camino para futuras generaciones de mujeres en el mundo laboral.