El incidente en Loma Miranda, donde un coronel resultó herido en un ojo con perdigones durante una protesta, ha desencadenado interrogantes sobre la presencia de oficiales de policía en el lugar y la reintegración de un oficial previamente expulsado por delitos relacionados con drogas.

Las acciones violentas, incluido el disparo a dos oficiales y un teniente, sugieren un intento de provocar una respuesta policial letal para amplificar el conflicto.

Sin embargo, el hecho de que el coronel herido, Manuel Isaac José Polanco, fuera expulsado por drogas hace dos años plantea serias preguntas sobre los procedimientos de la policía y la justicia.

¿Fue sometido a juicio al ser despedido? ¿Cómo es posible que un oficial expulsado por delitos graves estuviera nuevamente en servicio sin una explicación adecuada?

La sociedad dominicana merece respuestas claras sobre estos asuntos, ya que revelan fallas en el sistema de aplicación de la ley y la necesidad de una mayor transparencia en el proceso de reintegración de oficiales expulsados.

La policía debe rendir cuentas y tomar medidas para garantizar la integridad de sus filas y restaurar la confianza pública en su capacidad para proteger y servir a la comunidad.