Una trama digna de una película de suspenso se desarrolla en Holanda, donde jóvenes dominicanos, en apariencia saludables, han encontrado una muerte repentina. Lo que parecía ser un viaje en búsqueda de oportunidades laborales se tornó en una pesadilla para las familias, quienes ahora enfrentan la espantosa sospecha de asesinato.

Todo comenzó con el joven Alfredo Bidó, de 24 años, quien partió hacia Holanda con la esperanza de sostener a su familia, incluyendo a una hija en camino. Con un inicio prometedor, pronto comenzaron los malestares inexplicables. A pesar de las preocupaciones de su madre, las palabras tranquilizadoras de Jorge Enríquez, un contacto en Holanda, lo convencieron de permanecer. Sin embargo, apenas un mes después, Alfredo llamó a su madre anunciando su regreso, solo para recibir la devastadora noticia de su fallecimiento por asma, según Enríquez.

Pero la verdad resultó ser mucho más siniestra. Autoridades holandesas contactaron a la madre de Alfredo, revelando que su hijo no murió por asma, sino por una sustancia letal que le fue administrada, posiblemente a través de la comida o inyecciones. Aún más perturbador fue descubrir que Alfredo no fue el único; otro joven dominicano, Alan Pérez, también falleció en circunstancias similares en agosto de 2013, con Enríquez nuevamente involucrado en la notificación de la familia.

Las investigaciones han revelado un patrón macabro. Enríquez, quien sacó seguros de vida a ambos jóvenes, es señalado como el cerebro detrás de estos crímenes. Cuando intentó cobrar el seguro de Alfredo, las alarmas se activaron, conduciendo a su arresto y revelando un posible historial de asesinatos y fraude de seguros.

El misterio se profundiza con la figura de Jorge H., de 24 años, sospechoso de al menos cuatro asesinatos utilizando una sustancia difícil de rastrear llamada succinilcolina. Este individuo, descrito como influyente en la comunidad dominicana en Ámsterdam, mantiene silencio frente a las acusaciones, alegando que es una pesadilla de la que desea despertar.

Con la investigación en curso, las autoridades buscan respuestas en torno a estos crímenes en serie que han dejado a varias familias devastadas. La comunidad dominicana en Holanda se ve conmocionada y atemorizada ante la posibilidad de más víctimas. Este escalofriante caso sigue evolucionando, mientras las familias de las víctimas buscan justicia y soluciones en medio de un oscuro enigma en tierras extranjeras.