En un ambiente de alegría y camaradería, Roberto del Castillo hizo su entrada triunfal en el set de Casa Cocina y Más. Aclamado como un artista polifacético, su presencia como presentador de televisión y comunicador es conocida, pero su versatilidad no se detiene ahí: también es un talentoso compositor y, quién sabe, tal vez en un futuro cercano nos sorprenda con su destreza actoral.

“¡Bienvenido, querido, bello, negro, Roberto del Castillo en Casa Cocina y Más!”, así fue recibido con entusiasmo por unas de las anfritrionas del programa, dejando claro que siempre ha sido este ambiente televisivo que le permite brillar con luz propia.

Con una sonrisa sincera, Roberto compartió su gratitud por la invitación y no escatimó en elogios para las cuatro damas. En sus palabras, destacó el talento y las cualidades que hacen honor a la dominicanidad, una representación digna que llena de orgullo a todos los que comparten su origen.

Al hablar de su trayectoria, no pudo evitar mencionar su paso por el icónico “show del mediodía”, un espacio que considera la universidad de los programas de variedades en la televisión dominicana. Agradeció con fervor a todos los que fueron parte de esa etapa, reconociendo el valor de las oportunidades que le brindó ese ciclo.

Sin embargo, la vida está llena de cambios y retos, y Roberto ha decidido embarcarse en una nueva aventura televisiva con “Superpoder”, a través del canal 33. Este nuevo proyecto, lejos de ser una mera transición, representa para él un renacer profesional, un nuevo equipo que lo acoge con los brazos abiertos.

“Todo obra para bien”, afirmó Roberto, refiriéndose a los cambios y giros inesperados que ha experimentado en su carrera. Para él, cada paso es una oportunidad de crecimiento y aprendizaje, una manera de demostrar su dedicación y amor por lo que hace.

Con una determinación palpable en sus palabras, Roberto del Castillo se muestra como un hombre de decisiones firmes, pero también como un ser humano que busca siempre el lado positivo de las cosas. Su lema es claro: llevar energía positiva, amor y pasión a cada proyecto, abriendo puertas y corazones con su entrega inquebrantable.