En el programa “Aquí se habla español”, una niña participa en la prefinal de un concurso de dembow, lo que ha generado un debate sobre la participación de menores en un género musical donde se sexualiza a la mujer. La pregunta clave que surge es si está bien que una niña participe en un ambiente donde se fomenta esta visión de la feminidad.

El dembow, un género musical y baile urbano, ha sido criticado por su enfoque en la sexualización de la mujer en sus letras y movimientos. La presencia de una niña en un concurso de dembow no solo despierta cuestionamientos sobre su participación en un ambiente adulto, sino que también abre la discusión sobre la vulnerabilidad de la infancia al exponerla a contenidos inapropiados para su edad.

Este tipo de bailes, caracterizados por movimientos sensuales y letras explícitas, plantea preocupaciones legítimas sobre cómo estos pueden impactar la percepción y el desarrollo emocional de los niños y niñas que participan en ellos. Más allá de la destreza técnica o el talento, es importante considerar los mensajes que se transmiten y cómo estos pueden influir en la autoimagen y la autoestima de los menores.

La exposición temprana a contenidos que no son apropiados para su edad puede tener efectos negativos en la formación de los valores y la percepción de sí mismos de los menores. Por ello, es fundamental que se abra un diálogo sobre la responsabilidad de los adultos en proteger la integridad emocional y mental de los niños y niñas, incluso en el ámbito del entretenimiento y la música.

El caso de la niña en el concurso de dembow pone sobre la mesa la necesidad de reflexionar sobre qué tipo de mensajes estamos enviando a las generaciones más jóvenes y cómo podemos proteger su inocencia y bienestar mientras participan en actividades culturales y de entretenimiento.